Este artículo fue publicado originalmente en el periódico “La Estrella” y hace parte de una columna quincenal de la ICF Capítulo Panamá para difundir que es el Coaching profesional. Busca informar, crear más consciencia y diferenciar el coaching profesional, en que el Coach se por rige principios éticos y está continuamente mejorando sus competencias.
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Para proteger a los clientes que buscan servicios de coaching, mentoría y supervisión, apoyándolos en su proceso para encontrar y escoger profesionales calificados, la Unión Europea (UE) acepto la “carta profesional para coaching, mentoría y supervisión de coaches, mentores y supervisores” elaborada por las asociaciones profesionales, y ahora este documento figura en las bases de datos de co-regulación y autorregulación de la UE.
Esta carta es el resultado de la colaboración de la ICF – International Coaching Federation con otras asociaciones de coaching, cómo la EMCC – European Mentoring and Coaching Council. Aun cuando no tiene la fuerza de ley, la carta busca reflejar un entendimiento común y un esfuerzo concertado para autorregular la profesión por parte de las principales asociaciones profesionales.
El objetivo, de acuerdo a publicación en la página web de la UE, es “garantizar altos estándares en los servicios ofrecidos, es decir, los resultados de los procesos de coaching, mentoría, supervisión, la práctica y el espíritu de los coaches, mentores y supervisores que:
- tienen la capacitación y las competencias requeridas
- participan en un desarrollo profesional continuo
- estén, cuando sea posible, acreditados o certificados por asociaciones profesionales de coaching, mentoría y supervisión.”
La mentoría y la supervisión son importantes en el desarrollo profesional del coach profesional apoyándolo a generar mayor autoconsciencia de sus competencias como coach, de sus puntos ciegos, y de sus oportunidades de mejoría. El coach trabaja simultáneamente su “yo” como persona y como profesional, apoyándolo a crear mayor valor con y para sus clientes.
En la mentoría, el mentor y el coach trabajan esencialmente el desarrollo de las habilidades del coach en el marco de las competencias de coaching definidas por la ICF.
En la supervisión el coach comparte con el supervisor sus experiencias de trabajo, para recibir apoyo y establecer un diálogo reflexivo y un aprendizaje colaborativo, que cree valor para el coach, el cliente, los stakeholders y/o la organización del cliente.
Cómo nos dice Damian Goldvarg en su libro Supervisión de Coaches “la supervisión tiene un objetivo específico: reflexionar sobre la tarea que desarrolla el coach y aumentar su efectividad a partir de explorar no solo lo que hizo, y hará en futuras sesiones, sino también el quien, del coach, sus emociones, sus creencias, sus bloqueos y sus puntos ciegos”.
La mentoría y la supervisión pueden ser individuales o grupales, ambas contribuyen al desarrollo del coach y aportan valor.
Hay varios modelos de supervisión, siendo uno de los más conocidos el desarrollado por el profesor Peter Hawkins, que aplica para supervisión a coaches con clientes individuales, equipos clientes o clientes organizacionales, y tiene un fundamento sistémico.
El modelo conocido como “el modelo de los siete ojos”, desarrollado por el autor en libros como Leadership Team Coaching, considera los siguientes modos o áreas de focus potencial en la supervisión:
- la situación del Cliente,
- las intervenciones del Coach,
- la relación de coaching,
- el coach,
- la relación de supervisión y los procesos paralelos,
- el Supervisor,
- y el contexto más amplio.
El modelo considera el sistema de coaching y el sistema de supervisión.
El modelo aplicado al trabajo de coaching con equipos evolucionó integrando tres “ojos”, o modos, más en relación con el ecosistema del equipo:
- los stakeholders del equipo
- las intervenciones y procesos de interacción que el equipo utiliza con sus stakeholders
- la dinámica relacional entre el equipo y sus múltiplos stakeholders, considerando “diez ojos” de supervisión.
Como coaches profesionales buscamos desarrollarnos personal y profesionalmente y co-crear mayor valor en alianza con nuestros clientes.
Algunos de nosotros evolucionamos a ser también mentores coaches o supervisores, apoyando a desarrollar la profesión.
Un coach profesional tiene a su disposición como herramientas de desarrollo, los programas de educación continua, la mentoría y la supervisión. La supervisión crece en importancia a la medida que se amplía la actividad de coaching.
Autor: Fátima Ribeiro
La autora es ACC (ICF Associated Certified Coach), Coach en procesos de desarrollo profesional, liderazgo y equipos, y miembro de la Directiva de ICF Panamá.